Tortilla vegana de patata y cebolla

¡No hay blog vegano que se precie sin una versión de la tortilla de patata vegana! Y aunque sé que es una receta que casi todos conoceréis, no quería quedarme con las ganas de compartir mi propia versión con vosotros. Ante el dilema de si la tortilla de patata debe llevar cebolla o no, yo lo tengo clarísimo: SIEMPRE. Y creo que en su versión vegana es todavía más importante, pues tiende a quedar seca y la cebolla no solo le aporta sabor, sino también humedad y jugosidad. Eso sí, os aviso que mi versión de la tortilla vegana de patata y cebolla no es baja en grasa, pues la cocinamos con aceite de calidad y muy ocasionalmente, así que nos damos un homenaje con todas las de la ley. 😀

Sin embargo, hacer esta misma receta de tortilla de patata vegana en su versión baja en grasa es tan sencillo como hervir las patatas en lugar de freírlas, rehogar la cebolla con agua en lugar de aceite y usar muy poquito AOVE para hacer la tortilla (eso sí, necesitaréis una sartén muy antiadherente). ¿Vamos ya a por esa receta de tortilla vegana de patata y cebolla? 😉

 

Tortilla vegana de patata y cebolla

 

INGREDIENTES para tortilla vegana de patata y cebolla (4 raciones u 8 pintxos)

  • 2 patatas grandes o 3 medianas/pequeñas
  • 1/2 cebolla
  • 1 ajo
  • 100 g de harina de garbanzos
  • Agua
  • AOVE
  • Sal al gusto
  • Pimienta negra (opcional)
  • 1 c.p. de vinagre de manzana (opcional)
  • Sal kala namak o sal negra (opcional)

 

UTENSILIOS de cocina

  • 1 sartén antiadherente pequeña
  • 1 bol grande
  • 1 paleta de madera o plástico
  • 1 plato plano grande o similar (para darle la vuelta a la tortilla)
  • 1 varillas manuales o tenedor

 

PASOS A SEGUIR

1. Pelar y cortar las patatas a rodajitas de 0,5 cm o menos de grosor, en trozos de 3-4 cm de diámetro. Pelar y cortar la 1/2 cebolla en cuadraditos pequeños (de 0,5 cm). Pelar el ajo y dejarlo entero.

2. Cubrir el fondo de la sartén con AOVE y calentar. Antes de que llegue a humear, bajar un poco el fuego y sofreir el ajo entero hasta que esté dorado por todos los lados. Añadir las patatas cortadas y sofreir dándoles vueltas junto al ajo un buen rato, cuidando que se cocinen todas y que no se peguen a la sartén ni se quemen. Añadir dos pellizcos de sal al gusto y un poquito de pimienta negra molida. Cuando estén medio cocinadas, añadir la cebolla y sofreír todo junto hasta que estén ambos ingredientes blandos y dorados. Sacar el ajo y desecharlo o reservarlo para otro plato.

3. Mientras se terminan de cocinar las patatas y la cebolla, en un bol mezclar la harina de garbanzos con un chorrito de agua, removiendo con un tenedor o unas varillas manuales, añadiendo agua poco a poco hasta que quede una masa líquida un poco más espesa que el huevo. Añadir un pellizco de sal normal, otro pellizco de sal kala namak (si está en piedras tendremos que picar unas cuantas en el mortero antes) y una cucharadita de postre de vinagre y remover de nuevo. El vinagre cumple la función de disimular el sabor del garbanzo y la sal kala namak o sal negra otorga un sabor a huevo muy conseguido, pero ambos ingredientes son opcionales.

4. Cuando tengamos ya las patatas y la cebolla hechas y la mezcla de “huevo” también, apagaremos el fuego y pasaremos la patata y la cebolla dentro del bol de la mezcla. Remover bien para que todo se unifique.

5. Volver a encender el fuego y añadir un poco de AOVE en la misma sartén. Cuando esté bien caliente y antes de que empiece a humear, verter en la sartén la mezcla y presionar con la paleta para que encajen bien todos los trozos y conseguir la forma deseada. Tras unos segundos de fuego fuerte que habrán servido para que se dore la tortilla, reducir el fuego a medio-bajo para que se cocine por dentro. Evitar con la paleta que la tortilla se pegue al fondo.

6. Tras unos 2 – 3 minutos, cubrir la sartén con un plato plano grande (más grande que la sartén) u otro utensilio que haga una función similar y, con mucho cuidado pero de manera firme, darle la vuelta para que quede el plato hacia arriba y la sartén encima boca hacia abajo. Levantar la sartén y girarla rápidamente, comprobar que no ha quedado nada pegado y volver a colocarla en el fuego con otro chorrito de aceite. Subir el fuego y, antes de que el aceite empiece a humear, colocar la tortilla dentro con mucho cuidado, acompañándola con la paleta de manera que quede la parte cruda boca hacia abajo y no se quede ningún trozo en el plato.

7. Repetir la operación: dejar unos segundos el fuego fuerte para que se dore el otro lado de la tortilla y luego terminar de cocinarla durante 2 – 3 minutos con el fuego bajo-medio. Evitar con la paleta que la tortilla se pegue al fondo. Apagar el fuego y ya tenemos la tortilla vegana de patata y cebolla hecha.

 

Tortilla vegana de patata y cebolla

 

Como es bien sabido, la parte más difícil a la hora de hacer una tortilla de patata (vegana o no) es darle la vuelta sin que se desmorone todo. Existen tapas de sartén específicas para esta función, incluso sartenes dobles que se encajan cerradas y sirven para cocinar tortillas por ambos lados sin necesidad de sacarlas del fuego. Estos artilugios son muy útiles para los más fanáticos de este plato, sin embargo siguiendo los pasos que os he indicado con mucho cuidado es más que factible hacer una tortilla vegana de patata y cebolla perfecta.

Lo que más me gusta de la tortilla de patata es que se puede comer como plato principal o como tapa cortada a cuadraditos… O de mi manera favorita: encima de un trozo de pan tostado con tomate triturado, sal y aceite, a modo de pintxo. ¡Está de vicio! 😀

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